El
estudio de un instrumento musical debería ser en gran parte el
estudio del funcionamiento de nuestro propio
cuerpo. El sonido y la música son el resultado de la acción
inteligente y sensible del cuerpo sobre instrumento.
Uno
de los principales objetivos de la técnica es prevenir a medio y
largo plazo los problemas físicos derivados de
un mal uso del cuerpo. No debemos confundir la técnica con los
ejercicios que utilizamos para desarrollarla.
Por
técnica entendemos todo aquello relacionado con el control y
utilización correctos del cuerpo y brazos. Por lo tanto, la técnica
se debe aplicar a todo lo que interpretemos, desde los ejercicios y
escalas hasta todas las piezas musicales. Los tres pilares
fundamentales de la técnica son: la posición, el equilibrio y la
actitud muscular.
Una
cosa es la posición del cuerpo y otra es la actitud muscular que
tenemos con dicha posición. Podemos tener una mala actitud muscular
dentro de una buena posición. Ésto es evidentemente igual de
negativo que una mala posición. La actitud muscular ideal es la que
nos permite utilizar toda nuestra fuerza pero de una
forma extremadamente fluida y sensible, sin tensiones ni bloqueos en
ninguna parte de nuestro cuerpo.
Una
de las cosas que más dificultan progresar con la guitarra es la
aparición de tensiones musculares. Si en lugar de tocar
con tensión tienes una sensación de ligereza al
tocar, todo te resulta más fácil y tus dedos responderán
perfectamente a lo que quieres. Lo malo es que no es fácil darse
cuenta. Puedes estar meses y meses tocando con tensión o
en una posición incorrecta y no te darás cuenta hasta que alguien
te lo diga.
La
razón de esto es que nos acostumbramos rápidamente a cualquier cosa
que sentimos, y con el tiempo la consideramos parte de este
aprendizaje. Sí, a veces es normal que aparezcan, ya que los
músculos deben “desarrollarse” y ganar tono muscular, pero no
tienen por que quedarse. Podemos aprender a hacer estos movimientos
con menos esfuerzo.
¿COMO
PODEMOS EVITAR LA APARICIÓN DE TENSIONES? (O REDUCIRLAS SI YA HAN
APARECIDO)
Seguro
que has visto vídeos en los que un guitarrista u otro músico tocan
algo muy difícil y la impresión es que sea facilísimo. No es que
lo parezca, es que para él lo es. ¿Te ha ocurrido que practiques
un fragmento que te deja la mano agarrotada durante meses y aún así
no consigas tocarlo sin que sea una tortura?
Entonces,
¿por qué ellos sí pueden y tú no?
La
respuesta es muy sencilla: es porque ellos practican de una
forma correcta, y consiguen tocar con las manos totalmente
relajadas, y esto les permite un mejor control de sus movimientos.
Llegar a este control requiere tiempo y esfuerzo. Y esto es algo que hay
que tener muy claro, NADIE puede ser un superguitarrista y tocar a la
velocidad del sonido si antes no ha pasado horas y horas estudiando muy,
muy despacio, centrándose en tocar bien y totalmente relajado en
lugar de solamente deprisa.
Para
ver si estás del todo relajado, vamos a hacer un pequeño
“experimento”:
Coge
la guitarra, y ponte cómodo. Coge la guitarra de forma que tu dedo
índice, dedo 1, esté más o menos a la altura del traste 9. Pero no
pulses normalmente, deja que solamente actúe el peso del dedo, no
hagas ninguna fuerza. Después coloca el dedo 2 en el traste 10 y el
3 y el 4 en los trastes sucesivos. Fíjate en la distancia entre el
diapasón y la cuerda, y asegúrate de que la cuerda no toque en
ningún momento la madera.
Ahora
levanta uno de los dedos un par de centímetros y vuelve a pulsar la
cuerda con el peso del dedo, repite esto varias veces con todos los
dedos. Fíjate bien en la sensación de relajación que tienes en los
dedos.
Toca
una nota ejerciendo la misma presión que antes. Si suena mal es que
haces muy poca fuerza, aprieta un poco más, si no ¡perfecto! esa es
la fuerza que debes hacer para tocar. Seguramente era menos de la que
hacías antes, ¿verdad?
Puede
parecer algo insignificante, pero si intentas tocar así de relajado
(sin hacer más fuerza de la necesaria) verás como tocas mejor y con
mayor facilidad.
Este
ejercicio te hará darte cuenta de si estás tocando relajado o estás
tensando tus músculos más de lo necesario.
Debes
tener en cuenta que te costará aplicarlo a muchas de las cosas que
tocas ahora, pero debes tener paciencia, porque los beneficios son
enormes. Cuando practiques buscando menor tensión, atiende, fíjate
en lo que estás haciendo y en lo que sientes, no repitas una y otra
vez lo mismo sin pensar…
Ops, pues sí tengo tensiones... a ponerles remedio! Gracias.
ResponderEliminarDavid